El 16 de diciembre de 1944, los alemanes lanzaron un infructuoso contraataque en Bélgica y el norte de Francia, conocido como la Batalla de las Ardenas. Para el día de año nuevo, las tropas británicas y estadounidenses habían obligado a los alemanes a replegarse a Alemania. El 12 de enero de 1945, los soviéticos reanudaron la ofensiva, liberando Varsovia y el oeste de Polonia. En diciembre, los soviéticos habían rodeado Budapest, aunque la ciudad no cayó hasta el 13 de febrero de 1945. Para comienzos de abril, los soviéticos habían expulsado los remanentes del régimen de la Cruz Flechada de Hungría y habían forzado la rendición de la República Eslovaca fascista con la caída de Bratislava, el 4 de abril de 1945. El 13 de abril, los soviéticos capturaron Viena, mientras que los partisanos del mariscal Josip Tito forzaban la huida de los líderes de la Ustasha y el colapso del llamado Estado Independiente de Croacia.
A mediados de febrero de 1945, los aliados bombardearon Dresden y mataron a unos 35.000 civiles alemanes. Las tropas estadounidenses cruzaron el río Rin en Remagen el 7 de marzo de 1945. El 16 de abril de 1945, una última ofensiva soviética permitió que esas fuerzas rodearan Berlín. El 30 de abril de 1945, mientras las tropas soviéticas avanzaban peleando hacia la Cancillería del Reich, Hitler se suicidó. El 7 de mayo de 1945, Alemania se rindió incondicionalmente ante los aliados occidentales en Reims y el 9 de mayo ante los soviéticos en Berlín.
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